Este mal consiste en el endurecimiento y engrosamiento de las paredes de las arterias a consecuencia de la acumulación de materias extrañas en su tejido. Así se pierde resistencia y elasticidad, con lo que se dificulta, la circulación de la sangre y la buena nutrición de los órganos, los cuales seguirán su curso a la degeneración.
Las causas que facilitan el desarrollo de este mal son el falso modo de vivir en el comer y beber. Las carnes, grasas, pan blanco, harinas finas, pastas, queso, masas dulces, etc. Naturalmente la falta de movimiento o ejercicio ayuda al crecimiento de esta enfermedad.
Tratamiento: Para este mal aconsejamos un régimen alimenticio vegetariano, abundancia de frutas crudas, de preferencia fresas, frutillas, zarzamoras, miel de abeja, hacer una cura de limones, naranjas y de ajos. comer bastantes ensaladas de yerbas silvestre especialmente de amargón, ortigas, retama, llantén, mezclado con lechuga, espinaca, cebolla, zanahorias, almendras, etc. El té de amargón, menta y de semillas de linaza también es muy recomendado.
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